Cuando a una empresa de marketing le encargan el diseño de una campaña publicitaria para vender algo, normalmente se realizan varios diseños de campaña y se plantean diferentes alternativas para ver finalmente cuál saldrá a la luz.
Las campañas elegidas siempre suelen ser agresivas y a veces podemos entrar en publicidad engañosa o competencia desleal y ocasionar un grave perjuicio a nuestro cliente final.
Cuando enfocamos una campaña publicitaria donde el argumento principal es que nuestro producto es el mejor (con respecto a la competencia) debemos estar plenamente seguros y además poder contrastarlo frente a terceros. De igual modo si esto fuera así, ocurre hoy pero, ¿y mañana? ¿Cómo asegurarnos de que no saldrá algo mejor que lo nuestro mientras la campaña esté en vigor y entonces resultará falsa?
Es lo que ocurrió con una empresa de PRODUCTOS LIGHT (bajos en calorías) que aseguraba en una campaña de marketing que su producto tenía menos calorías que la segunda marca más vendida en el mercado.
Transcurridas unas semanas desde el lanzamiento de la campaña, las ventas del producto se disparan y parece que la campaña ha sido un éxito pero lógicamente la competencia no se queda de brazos cruzados y presenta un informe donde revela que no es cierta la publicidad que se está emitiendo y por tanto presenta demanda contra el anunciante.
¿Qué ocurrió? La empresa de marketing y publicidad que diseñó la campaña y que fue la encargada de utilizar esas calorías de menos como argumento de venta, se equivocó en la interpretación de los datos y resultó que no era así.
Por suerte la empresa de marketing tenía suscrito seguro de responsabilidad civil profesional para publicidad y marketing y quedaron cubiertos los gastos judiciales y las indemnizaciones por el error profesional cometido que hubo que abonar a la competencia del cliente.