El Tribunal Supremo recuerda a través de una sentencia reciente, que una intervención quirúrgica, por pequeña y poco agresiva que sea, puede provocar el fallecimiento de la persona y sin demostrar que el médico ha cometido negligencia, se trataría únicamente de una consecuencia natural.
La sencillez que conlleva la extirpación de un quiste en el coxis, obligó a analizar tras el fallecimiento del paciente, la responsabilidad del equipo médico que se encargó de la operación.
El paciente, con antecedentes de cardiopatía, se sometió a la operación mencionada con anestesia local y cuando la intervención finalizaba, sufrió un fallo cardiaco, entró en coma y falleció a los pocos días.
El Juzgado de 1º Instancia estimó la demanda de la familia del fallecido y condenó a la aseguradora de los médicos a pagar una indemnización de 150.254 Euros.
Sin embargo la Audiencia Provincial estima el recurso de apelación de la Compañía de Seguros y la absuelve porque determina que se informó adecuadamente al paciente de los riesgos de la operación y que la intervención se realizó correctamente.
La muerte fue una consecuencia directa de la dolencia previa del paciente a pesar de la cual no se contraindicaba la operación por lo que no existe culpa o negligencia de los médicos que se encargaron de la operación.