En el primer trimestre del año se suelen celebrar las juntas de vecinos para la aprobación de cuentas del año anterior y elegir nuevos representantes.
En la reunión, también se aprovecha para la renovación del seguro de la comunidad. Y el tema de los seguros de comunidad y las juntas de vecinos es para echarse a llorar. Vecinos que presentan presupuestos porque tienen un amigo que es agente y les dan comisión, vecinos que se hacen agentes porque les dan comisión en alguna aseguradora, administradores que presentan presupuestos porque se llevan comisión con alguna correduría, compañía o agente… y yo no digo que ello esté mal, pero cuando se juntan diez presupuestos, algunos de la misma compañía, a debatir en una junta de vecinos en la que la edad media ronda los 70 años y tratas de explicar por qué tu oferta es la mejor que la del vecino del sexto, se vuelve insufrible. Total, que al final se aprueba la mas barata por razones económicas (la crisis…) y a cruzar los dedos y a rezar para que no ocurra un siniestro.
Y el siniestro ocurre. Y resulta que el seguro no tiene asistencia. Y resulta que la franquicia es alta. Y resulta que está excluida la responsabilidad civil por daños por agua. Y resulta, y resulta y resulta… “lo de los seguros es de vergüenza”, alega siempre algún vecino, “nunca cubren nada”, “son todos iguales”. Y nadie se acuerda que se presentaron diez presupuestos en junta de vecinos y que, por razones económicas, se aprobó el más económico.
¿Acaso se pretende que las aseguradoras te cubran absolutamente todo y además el precio sea barato?. Eso no existe y el que lo prometa miente. Las aseguradoras existen porque quieren ganar dinero y no te regalan los seguros. Las cosas cuestan lo que cuestan, y aún más en los seguros. Si pretendes tener un seguro con las máximas coberturas vas a pagar un precio alto pero, seguramente, al final merezca la pena.